sábado, 17 de agosto de 2013

Génesis I: Capítulo donde se explica que creó Dios cada día.

Dios dijo: “Hágase la luz” y la luz se hizo. Y vio que estaba bien.
Dios diferenció el agua de la tierra y vio que estaba bien.
Dios puso vegetación en la tierra con sus semillas, frutitas y demás y por supuesto vio que estaba bien.
Dios vio que el cielo estaba un poco soso y le añadió lucecitas y estrellas y vio que estaba bien.
Dios pensaba que había poco movimiento así que creó a los animales acuáticos y a las aves. ¿Por qué no entonces también a los terrestres? Pues porque así vio que de momento estaba bien.
Dios entonces pensó que igual tan bien no estaba y creó también a los animales terrestres y entonces ahora sí que estaba bien.
Y por último Dios dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra”.
Y aquí es donde en la tercera página de la Biblia yo me detengo. ¿Hagamos? ¿Nuestra? ¡Dios no estaba sólo! Ya estaba pensando que estaba un poco loco, tanto hablar sólo diciendo a la nada lo que iba construyendo.
La otra posibilidad es que con “nuestra” se refiera a él y a su ego porque joder, todo lo que hacía estaba de puta madre. Todo bien, nada de “uy, esto quizás podría mejorarlo un poco”. No, no, te llena medio mundo de un agua salada que no puedes beber pero a él le parece que estaba bien. Te llena el planeta de animales potencialmente peligrosos que pueden acabar con tu vida pero eh, así va perfecto.
Dios, fuiste un cabronazo o un inepto desde el principio pero sobre todo un engreído
.

Y luego, como ya sabemos todos, llegó el séptimo día y se echó a descansar. Que entonces digo yo que tan todopoderoso no será si necesita descansar. ¿Visteis en alguna escena de Aladdin descansar al genio? ¿A qué no? Genio de la lámpara 1 – Dios 0. Y por lo tanto:

Inútil retrasado 1 – Sádico cabrón 0

¡Le está prendiendo fuego! ¡Hijo de puta!

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